miércoles, 24 de marzo de 2010

ANTOLOGIA POETICA DE VIVIANNE ALLEGRET
POR HERMINIA D. IBACETA

Escribir la introdución al blog “Antología Poética” de Vivianne Alegret, es para mí un honor, que agradezco desde lo más profundo de mi ser.
Conozco a la poetisa Vivianne Alegret desde su arribo de Cuba a los Estados Unidos, buscando la libertad y el derecho a vivir como un ser humano. Estimo su amistad en todo lo que vale, como un verdadero regalo de Dios. He leído tanto su prosa como su verso, pudiendo asegurar, que existe entre las mismas una absoluta correspondencia. Vivianne Allegret no es poeta de verso insubstancial, cada verso suyo es un legítimo escape del alma.
En varias ocasiones he escrito sobre su poesía. Esta vez, pretendo ir más allá de sus versos, para traer al conocimiento de los lectores, al ser humano, a la mujer que habita en ellos. Valentía, nobleza de espíritu, alma diáfana, que se mueve al son del amor, el perdón, la ente-reza ante la adversidad y la firme voluntad de hacer el bien en absoluta entrega a los que la rodean. MuJer que acepta su destino, y que, con profunda religiosidad e inquebrantable fe, sigue los designios de Dios.
Su intención al integrar en uno solo sus diferentes blogs de versos, no es otra que la de dejar a sus lectores un legado poético, que por su belleza y madurez puedan, no solamente llegarles sino quedar en ellos, en el centro de su yo, como una siembra de amor, de luz y de armonía. No cabrá el olvido en nadie que la lea, porque para cada uno de nosotros, habrá en ellos motivo de digna permanencia.
Se preguntará el lector: “Cuál es el material que nos entrega Vivianne en sus versos?. Pues, todos aquellos ideales, pensamientos y emociones que lograron, en algún momento de su vida, tomar posesión de sí. Vivencias que se vistieron de ternura, pasión sublime, recuerdos punzantes, justa rebeldía. Momentos cercanos o lejanos en el tiempo y la distancia, que han podido hacerla vibrar…cantar…
Catorce blogs componen esta unidad caracterizada por su variedad, no solamente en los temas sino también en las estructuras poéticas usadas, en las que encontramos, desde tipos clásicos como la décima octosílaba, la endecasílaba o la de verso alejandrino. y en sus impecables sonetos etc, hasta el uso de las formas poéticas libres. Una poesía siempre íntima, reflexiva y fiel a su estado de ánimo. Su lemguaje, invariablemente acorde al tema, se reviste de ternura cuando habla a la niñez, de pasión en los versos de amor. Es reflexivo en los temas filosóficos, convincente cuando guía, puro como una oración es sus diálogos con Dios. Vivianne siempre tiene el símil o la metáfora capaz de vestir al verso con el lenguaje apropiado: “La almohada de tu pecho”, “Los espejos del tiempo”.
El material incluído en estos blogs, en los que la autora reune vivencias de los distintos lugares en los que ha vivido, tales como Cuba, España y los Estados Unidos, recoge paisajes, tradiciones, cantares, que de una forma u otra, han traído a sus “Memorias” el color de otras gentes, de otras culturas, que ha sabido integrar en su obra poética. Resulta interesante des-cubrir, a través de su deambular por los pueblos y las sierras situadas al norte de Madrid, el es-pejismo de los paisajes, la idiosincrasia de sus pobladores, su cordialidad. Vivencias que dejan de ser propias para ser, tambén, nuuestras. En esos poemas recuerda a los conocidos poetas españoles Miguel Hernández y Federico García Lorca. En ellos, con sentidos versos, lamenta la triste historia de ambos, así como su maravilloso legado poético cuando dice: “!Cuánto sufriste Miguel/ en lo corto de tus días!”/ ?Qué verso curtió tu piel/ para vencer el dolor?/, ?Qué lá-grima sin color/, de sal, de viento, de brisa,/perpetuaron la sonrisa/ desde su eterno clamor?/. Igualmente bello y sentido este verso a Lorca: “A dónde fue tu voz y tu gemido/ lejana, oscura voz tan susurrada/ voz que solloza bajo la nevada,/ y que se encrespa sobre el triste nido?/
Al arte poético suma Alegret en estos trabajos, su arte y acierto en el uso de imágenes, fotografías, y conocimiento musical, así como una profunda religiosidad y fe inquebrantables. Así mismo, deja constancia de su prolongada y penosa enfermedad, y con toda la bondad que le caracteriza, nos lega sus escritos, traducidos en análisis, y estudios sobre la enfermedad en sí, así como de sus posibles causas y medios de curación; prueba fehaciente de su nobleza.
Todo lo que pueda decirles resultaría pálido ante la realidad de estas páginas. A ella remito a los lectores, en la seguridad de que su lectura será para todos, una experiencia gratificante.

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